lunes, 17 de junio de 2013

Fa y Emma

En el reino inmaterial había una pequeña, ahí creó un juego de jardín así como los utensilios necesarios para tomar el té, creo un pequeño sol para luego poder usar una sombrilla de patio. Estaba emocionada, luego de mucho tiempo recibiría una visita. Al fin la pequeña Emma se reunía con su hermana Fa. Ya sentadas tomaron el té de hierbas azules como mas tarde le seria enseñado por una mortal, el tiempo transcurría de forma misteriosa en ese lugar. Su charla era sobre los antiguos días y se remontaba a la creación misma y a los tiempos del balance, tiempos de armonía donde los elementos del mundo existían en equilibrio, en aquellos días ellas eran muy unidas; luego cuando la caverna fue abandonada y las fuerzas se separaron solo para chocar entre ellas, ellas se vieron obligadas a separarse debido a lo distinto de sus respectivas naturalezas. También hablaron sobre los acontecimientos más recientes y sobre detalles insignificantes a los que solo ellas encontraban interés, como la lucha de los salmones contra las corrientes de los ríos, las tortugas y sus migraciones, la forma en que la lluvia y el viento esculpían las montañas; así transcurrieron siglos o segundos, hasta que Fa toco un tema más especifico.




- bien Emma ¿cuál de ellos te gusta? – comenzó a interrogar la mayor.

- no sabría decirlo, aun es muy pronto para saberlo- Emma esperaba no tener que tocar ese tema, no quería perturbar su charla con asuntos tan serios y tan relevantes.

- “el” no piensa igual, se ha empezado a mover

- el siempre ha estado en movimiento, de alguna forma él ha sido quien mueve los hilos- aquella reflexión llenaba a Emma de tristeza.

- mi pequeña hermanita, ¿no estarás atemorizada o sí?

- ¡claro que no! Es solo que, bueno es difícil… temo fallar de nuevo

-  te preocupas demasiado, esta vez puede que sea más interesante, mucho más interesante – Fa esbozo una sonrisa traviesa.

- eso desde tu lado de la mesa, en estos días los mortales se matan entre ellos y muchas veces, ni siquiera por causa o razón alguna…. parece que lo disfrutan

- por supuesto que lo disfrutan, sobre todo los humanos, hasta el más noble de ellos no puede negar el placer que le da el poder y no hay mayor poder que el quitar una vida…

-  ¡o salvarla! -  dijo firmemente Emma interrumpiendo el comentario de Fa

- bien, será mejor que elijas pronto algún caballero si no quieres rendirte… aunque el estar muerta debe significar un problema bastante molesto

- eso no me importa, lo complicado es que no comprendo a los mortales de ahora… tal vez nunca lo hice

- razón de más para que no pierdas tiempo, la verdad me gustaría ver la reacción de Adrammelech si acaso llegas a meterle algún susto – dijo al tiempo que imaginaba que Adrammelech era una galleta y la mordía salvajemente.

- ¿nunca entendí por qué me detesta tanto? después de todo hay mas como yo – Emma siempre había tenido encuentros desafortunados con aquella entidad

- es por tu bello corazón mi hermanita, no lo soporta, eso hizo que en algún tiempo los mortales te reconocieran como la Reina Sagrada, eso nunca lo ha podido superar, la envidia lo llena de ira. En el fondo él quiere ser amado, no temido, pero su propia naturaleza no se lo permite

- creí que con mi muerte la tormenta desaparecería

- el mismo es dicha tormenta, me temo que por más que te esfuerces solo se calmara cuando deje de existir, además también deberías recordar a los otros

- ¿los otros? ¡¿Han despertado ya?! – en  cierta forma Emma había olvidado que existía un mundo mucho más grande al que ella solía contemplar

- nunca durmieron realmente, pero no te culpo, en tu condición debe ser muy difícil poder percibir lo que sucede en Ivalice; Zeromus ha emitido su juicio (si se le puede llamar juicio) y condenado al mundo, planea avivar la ira de Adrammelech de alguna forma, es impaciente y lleva ciclos en movimiento.

- el siempre se ha tenido estima en demasía, pero nunca ha tenido mucho poder, no de la forma en que él quisiera – Emma recordaba al menospreciado Zeromus cuya fuerza elemental carecía del poder de Belias o del de Chaos, pero en esa era, eso parecía haber cambiado.

- también Shemhazai lleva tiempo moviendo a sus marionetas, es mucho más sutil y por como son los mortales ahora, es mucho más difícil de encontrar y mucho más peligroso. Afortunadamente Emet-Selch está interviniendo también, creo que sigue tu ejemplo y creo que ya encontró a su caballero entre los restos de [spoiler] – el recuerdo de los acontecimientos antiguos incomodaban a Fa, ella misma sufrió a consecuencia de ellos.

- ¿los restos de [spoiler]? … [spoiler]…. pero suele actuar siempre en equilibrio, es posible que…?

- como sea, incluso yo ya tengo a mi caballero – la sonrisa juguetona regreso a su rostro.

- ¿por qué lo elegiste a él? – a pesar de ser hermanas y de naturaleza similar, Emma no entendía muchas de las acciones de Fa.

- como dicen los mortales, creo que es sexy

- ¿crees que él te dará lo que quieres, cierto? – sabia que Fa disfrutaba viendo a los mortales y lo  impredecible de sus conductas.

- lo bueno de ser como yo hermanita, es que no soy muy exigente y sea cual sea el resultado estoy segura de que me resultara muy placentero.

- ¿así que simplemente veras hacia donde lleva la marea?


- de la misma forma que tú sigues el cauce del rio, solo que el mar tiene muchas más posibilidades y ahora deberías apurarte, no vayas a equivocarte de siglo.

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